La prostitución se define como el acto de participar
en actividades sexuales a cambio de dinero o bienes. Aunque esta actividad es
llevada a cabo por miembros de ambos sexos, es más a menudo por las mujeres,
pero también se aplica a los hombres. La prostitución puede ser tanto heterosexual como homosexual, y
puede involucrar a travestidos y transexuales. El término genérico empleado para referirse a quien la
ejerce es prostituto/a. Según el DRAE,
la prostitución es la "actividad a la que se
dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de
dinero",1 aunque suele considerarse del
mismo modo cualquier otro tipo de retribución.
Al hablar de prostitución, se
sobreentiende que la persona que la ejerce no aplica más criterio en la
elección del cliente que el de recibir el pago correspondiente, es decir, que
no existe ningún tipo de emoción ni relación afectiva. De modo que, en un sentido
más genérico y coloquial de la palabra, se dice también que se prostituye,
por extensión, cualquier persona que "vende" sus servicios
profesionales (no sexuales) por una causa que no le importa o incluso que
considera indigna, con el único aliciente de recibir un pago.
Algunos sinónimos de prostitución son lenocinio, trabajo
sexual y comercio sexual.
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